Que ninguén se leve a engano, os nosos veciños de Ourense non están a plaxiar o espectacular “Arde Lvcvs” desta nosa cidade amurallada e bimilenaria que durante uns días ó ano, e xa vai para dez, se recrea no seu pasado romano. Nada máis lonxe da realidade porque tampouco llo íamos permitir. Desgraciadamente o Arde Auriensis ven a conto polo acontecido nestes últimos días cando unha vaga de lumes arrasaba esta provincia veciña que ten ardido polos catro costados.
Xa non hai lumes nos montes galegos, certo, porque chove. E xa todos podemos ser testemuñas agradecidas desa máxica fórmula anti-incendios dos mandamases do Partido Popular: “cando chove non hai lumes”, algo que Feijóo ten ben aprendido porque malo será que neste noso país dos mil ríos algún día non chova, e por fin choveu.
O mal tempo en Galicia sempre foi a resposta exitosa do PP ós incendios forestais, ¿para qué logo gastar en medidas de prevención ou conceder axudas veciñais para limpar montes?, ou ¿para qué contar con tantos medios técnicos ou contratar máis brigadas de persoal?, seguro que choverá e mentres non chova exerceremos o dereito de pernada na comunicación e caladiños agardaremos, porque segundo o mesmo ideario desta dereita indolente cando non se informa tampouco hai lumes.
Estamos agora no tempo dos balances que deberían desterrar a constante ocultación de datos e responder con claridade meridiana ó número real de incendios e hectáreas queimadas, poderiamos así avaliar debidamente tódolos danos causados e proceder á compensación económica e social dos milleiros de afectados, así como planificar a urxente restauración do patrimonio forestal e medioambiental asolado.
É tempo seguro de culminar actuacións policiais para perseguir as malas conciencias incendiarias que se teñan producido, pero tamén de esixir responsabilidades políticas ós que dende os despachos da Xunta tiñan obriga de ter planificado a prevención, coordenado a limpeza e vixilancia dos montes, e dirixido nestes días a extinción dos lumes . Pero pouco poderemos esperar dun goberno ausente que non sinte a Galicia nin se ocupa dos problemas dos galegos.
Eso sí, o que mellor sabe facer o señor Feijóo, ademais de viaxar e mentir porque éche moito o que viaxa e minte este home, é botar as culpas a outros, neste caso repartiunas entre os membros da policía e garda civil por non haber evitado os lumes e apresado os “sospeitosos incendiarios” e os propios militares da UME por non apagalos, cando foron realmente os que sempre, e ás veces en solitario, estiveron ó pé dos lumes facendo un traballo extraordinario e fundamental para o seu control e posterior extinción, con máis de 850 efectivos, 20 medios aéreos e 190 terrestres desprazados a Galicia.
O que este señor cala é que a competencia na prevención e loita contra os lumes tena en exclusiva o seu goberno, o que non di é que neste mesmo ano anularon a maioría das partidas orzamentarias para prevención, vixilancia e control, nin que abandonaron as políticas de axudas ós concellos e veciños para limpeza de montes e reduciron á metade en número e duración os contratos das brigadas galegas de intervención. Desculpas de mal pagador ou mentiras de mal xestor porque cando o monte ardía asistíamos perplexos ó esperpento feijooniano de ver como militares da UME, trasladados dende outras comunidades, apagaban os lumes ó tempo que brigadistas da Xunta se apuntaban nas listas do paro por cese do seu contrato.
Hai anos neste país, cando mandaba o mesmo PP de Aznar e Rajoy, houbo quen estaba de cacería mentres a negra sombra do Prestige asolaba as nosas costas e praias, agora cando o lume devastador avanzaba polas terras do outro lado do Miño, estes “eficientes xestores”, do mesmo PP, estaban de vacacións ou de “champions”. Por canto tempo seguirán mexando por nós...?
Alba de Groria (Castelao)
Si no abrante deste día poidéramos voar sobor da nosa terra e percorrela en todas direicións, asistiríamos á maravilla dunha mañán única. Dende as planuras de Lugo, inzadas de bidueiros, até as rías de Pontevedra, oureladas de piñeiraes; dende as serras nutricias do Miño e a gorxa montañosa do Sil, até a ponte de Ourense, onde se peitean as augas dentrambos ríos; ou dende os cabos da costa brava da Cruña, onde o mar tece encaixes de Camariñas, até o curuto do monte de Santa Tegra, que vence coa súa sombra os montes de Portugal, por todas partes xurde unha alborada de groria.
10 de noviembre de 2011
arde Auriensis
10 de octubre de 2011
compromisos y vaguedades
En menos de dos meses tendremos elecciones para decidir el próximo gobierno de España. Ocurre en un momento especialmente difícil y complicado, en el que están en juego muchos derechos ciudadanos y el futuro de las políticas de bienestar que más afectan a nuestras familias, especialmente a aquellas que no tienen de todo y sí necesitan de la solidaria y justa redistribución de la riqueza para evitar precisamente que los que menos tienen y más necesitan puedan quedar excluidos en el camino y abandonados a su suerte.
En este tiempo tan difícil y complicado los socialistas hemos sabido estar desde el primer día comprometidos con la superación de una crisis brutal, cambiante y duradera, también con la defensa imperiosa de las prestaciones sociales y siempre poniendo por delante los intereses generales del país, para entendernos, adoptando difíciles y costosas medidas si, pero siempre manteniendo el nivel máximo de protección social, para evitar una situación de quiebra económica y social como ya tienen países como Grecia, Irlanda, Islandia o Portugal. Mucho ha cambiado en estos dos años, solamente una cosa ha permanecido todo este tempo inalterable: el egoísmo electoralista del PP, la estrategia desleal e intencionada del no por el no absoluto como vía de desgaste al gobierno y así poder ganar unas elecciones a lomos de la crisis de todos.
En esta campaña asumimos un compromiso claro, acercar la política a las personas y abrir el partido a los ciudadanos, un compromiso adquirido que se condensa en tres palabras –escuchar, hacer, explicar-. Un compromiso que pretende hacer una política más próxima a la gente y sus problemas. Porque nada está escrito y una encuesta no es un resultado electoral, nadie puede resignarse a que otros decidan por el, más sabiendo que lo que realmente está en juego no es el color de un gobierno o el nombre de un presidente, de lo que hablamos y tendremos que decidir es sobre lo que más nos importa, sobre la vida de nuestras familias y el futuro de este país.
Nadie duda ya de que los gobiernos autonómicos y municipales del PP están atacando lo más sagrado da nuestra democracia, los derechos ciudadanos y las políticas sociales, un ataque directo y sin precedentes a la educación y la sanidad públicas. Nunca la escuela pública fue tan maltratada y criticada como por estos gobernantes del PP gallego o español. Aguirre ya nos ha dicho que la educación no tiene por que ser obligatoria y gratuita siempre, Cospedal que las prestaciones por desempleo se tienen que revisar y Feijóo que los niños que no puedan pagar el comedor escolar no podrán comer en ellos.
¿Cuanto más durarán las mentiras del PP, por muy bien condimentadas y cacareadas las presenten sus medios de comunicación amigos?. En Madrid pretenden ahorrar 80 millones de euros despidiendo a casi 3.000 profesores de la escuela pública, pero mantienen una desgravación fiscal a los padres que llevan a sus hijos a colegios privados por más de 100 millones de euros. En Galicia no vamos a ser menos, renunciamos al impuesto sobre el patrimonio de los que más tienen y para compensar suprimimos la gratuidad de los libros, subimos el comedor escolar y recortamos maestros en los colegios. En Castilla suprimen profesores, ayudas a los pensionistas o becas, pero se suben los complementos de altos cargos públicos. Mientras el candidato Rajoy calla, no dice nada y si habla, depende, todo depende....
Un depende que de resultar ganador significará entregar todo el poder institucional a uno de los partidos más retrógrados de la derecha europea, a uno de los partidos políticos menos comprometidos con el interés general del país y más insolidario con las políticas y derechos sociales. Nos encontramos ante un ataque sin precedentes de la derecha española al Estado del Bienestar con la única intención de asfixiarlo y desmontarlo, porque si bien es cierto que en momentos de crisis las políticas de austeridad en el gasto son necesarias, no es menos verdad que nunca debería ser a costa de nuestra salud, educación o atención social.
Todo está en juego el 20N, continuar por la senda del compromiso social o acabar en un modelo de país donde la cantidad y calidad de los servicios educativos, sanitarios o sociales que recibimos dependan exclusivamente de la cuna que tuvimos o del tamaño de nuestra cartera. Miente quien intente convencernos de que cualquiera tiempo pasado fue mejor, ni las casas de socorro, los reformatorios, hospitales de pobres o escuelas “de ferrado” pueden retornar a nuestro catálogo asistencial como paradigma carismático de una beneficencia pública para gente necesitada y sin recursos económicos. Montoro hablaba claro cuando dijo que “no es el Estado quien debe garantizar el bienestar de los ciudadanos”. Para que nos entendamos, cada cual que se arregle como pueda.
De ganar esta derecha “popularista” el próximo 20N asistiremos peligrosamente a la mayor concentración de poder político (central, autonómico e local), mediático (medios públicos e privados), económico y financiero y judicial, por cierto donde todos vienen a ser de las mismas familias, eso si como Fraga nos decía, “de familias prominentes”. Corremos pues un riesgo innecesario y hasta el momento nunca visto en democracia, de consecuencias impredecibles para la ciudadanía y su bienestar, en un momento en el que nadie discute tenemos graves problemas que solo encontrarán solución con mejor democracia y más bienestar, pero nunca a base de recortes sociales, restricciones políticas o vaguedades programáticas.
21 de septiembre de 2011
elexir ben
Estamos preto dunha importante decisión cidadán: elixir ós representantes que conformen a maioría parlamentaria para decidir o próximo Presidente de España e o seu goberno. Unha decisión libre e democrática sobre ¿quén queremos que goberne este país nos vindeiros catro anos?.
Teremos que pensar nas persoas, pero tamén nos seus valores e principios, no seu traballo e capacidade, porque fundamentalmente se trata de confianza e compromiso nun momento de extraordinarias dificultades, e non todos valen. Teremos que decidir co noso voto entre Rubalcaba e Rajoy .
Ningunha elección é fácil porque a cultura democrática da cidadanía esixe cada día máis e mellor, pero estas son especialmente difíciles para os socialistas que tivemos que afrontar, desde o goberno e sen axuda algunha, a máis dura e prolongada crise mundial que está a sacudir duramente á nosa sociedade, sobre todo no desemprego que fai que moitas familias o pasen mal. E non se lle escapa a ninguén que esta crise ten xerado un enorme malestar cidadán e moito medo e inseguridade polo seu porvir.
Un tempo de crise no que aprendemos que a política importa e importa moito e que non pode facela calquera, hoxe menos que nunca, por iso será tan importante tomar unha boa decisión para decidir ¿quén dirixirá a política española, Rubalcaba ou Rajoy?, ¿o que fai ou quen non fai?, ¿o que da a cara diante dos problemas ou quen se agocha no faiado esperando que escampe?, ¿quen explica o seu proxecto ou aquel que teme llo descubran?. Esta será sen dúbida a importante decisión que todos e todas teremos que tomar o vindeiro 20 de novembro.
Con seguridade que se teñen cometido erros durante estes anos de crise, pasoulle a tódolos gobernos europeos tamén ó americano, pero neste tempo non estivemos contemplativos nin ociosos e todo canto se fixo foi para protexer ós que menos teñen e non deixar a ninguén tirado polo camiño. Outros utilizaron tódolos males do país e problemas dos cidadáns en función dos propios intereses electorais, o seu desexo non mudou neste tempo: canto máis se alongue e agrave esta crise, moito mellor para o PP de Rajoy, máis votos na colleita dos males e desventuras.
Tamén coa desculpa desta crise aproveitan, alí onde gobernan, para desmontar o estado de benestar recortando dereitos cidadáns, mutilando a educación e a sanidade, paralizando a dependencia e abrindo tódalas portas á privatización dos servizos públicos. Rajoy está ausente nin fala nin fai, nunca di nada pero sabemos que sería así de chegar a gobernar. Non hai máis que mirar ós “popularismos” autonómicos de Feijóo, Cospedal ou Aguirre como laboratorio de probas do que podería ser un futurible mandato de Rajoy.
Os socialistas apostamos por unha educación e sanidade públicas e gratuítas, defendémolas sempre con dentes e uñas e seguirémolo a facer co noso candidato, porque Rubalcaba cre na democracia e no seu país e dende o primeiro día está a facer o que un candidato debe facer, escoitar á xente, elaborar un proxecto e explicalo á cidadanía.
Temos elexido un camiño a seguir, con obxectivos e compromisos, o primeiro deles e máis urxente loitar contra o paro, sabendo que educación e innovación son as chaves do progreso e que a creación de emprego vai a depender e moito do nivel de crecemento da nosa economía, aínda limitado. Por iso insistiremos en que a creación de emprego cunha economía máis sana e competitiva que garantice un futuro de progreso deberán ser as nosas prioridades absolutas, coa mirada social sempre posta na igualdade de oportunidades, na cohesión social e na loita contra todo tipo de discriminación, por ser estes os nosos máis prezados valores. Tamén un compromiso político de reformas que a nosa democracia necesita e a cidadanía demanda, camiño dunha democracia máis directa e participativa.
Dende hai semanas estamos a trazar ese camiño a seguir para os vindeiros anos e cos nosos candidatos empregaremos todo este tempo a escoitar, explicar e convencer da importancia que ten elixir ben entre Rubalcaba e Rajoy. Haberá que pensar moi ben a quen confiarlle a educación, a saúde e o benestar das nosas familias
.
13 de septiembre de 2011
goberno ausente
Nestes meses de verán asistimos perplexos á sublime ascensión ós altares da inutilidade dun presidente-Feijóo que permanece ausente da terra e distante dos galegos. Cun goberno descoñecido, paralizado e incompetente, onde as consellerías vexetan dende hai tempo orfas de calquera dirección e baleiras de toda xestión. Mentres en Galicia os problemas se acumulan, os dereitos dos galegos se recortan e as súas esperanzas emigran.
“Pechado para folgar“ colga dende hai tempo das portas dos despachos “popularistas” desta dereita que hoxe nos manda, consecuencia directa da súa manifesta incompetencia e do seu reiterado desamor por Galicia, porque tamén con eles estamos a descubrir que todo aquelo que se crea ou se fai en Galicia resulta ser demasiado galego.
No ensino vivimos nunha crispación constante, debidamente alimentada pola ideoloxía privatizadora do PP, cun deterioro constante nas escolas públicas e unha potenciación indecente dos colexios concertados e privados a conta do erario público. Privilexios duns poucos versus dereitos de todos.
Na sanidade semella do mesmo, aforros continuados en persoal, centros, especialidades ou fármacos sitúan a saúde galega no ámbito da inseguridade e posible colapso. O negocio empresarial da saúde reverdece polo permanente desvío de renda sanitaria a clínicas privadas. Ben o saben os de Lemos ou a Mariña co desmantelamento hospitalario e o déficit sanitario acontecido. Mesmo Lugo deixa moito que desexar na súa oferta médica, cun novo hospital incompleto e un servizo de saúde constantemente agredido polas míseras medidas de aforro do PP.
Un Presidente está para gobernar e tomar decisións, e cando non se está para o que se debe estar un acaba sendo mestre do escapismo e da distracción. Viaxar, criticar ou mentir dan moito de sí e Feijóo ben o sabe: viaxar á vez que permite coñecer lugares nos distancia dos problemas; criticar e falar do que outros fan tampouco está mal, ¡canta adicción manipuladora acumulada en torno ó AVE galego e o ministro Blanco!; non informar dos incendios ou das corruptelas do IGAPE e SOGAMA, ou mentir con descaro sobre as listas de espera ou do paro son xa o pan noso de cada día.
A mellor política do PP contra do lume sempre foi o mal tempo, porque cando chove non hai lumes. ¿Para qué prevención ou axudas veciñais para limpar montes?, ¿para qué tantos medios técnicos ou brigadas de persoal?, malo será que non chova e si non chove pechamos e calamos, porque cando non se informa tampouco hai lumes.
Trampas e ocultacións son xa cotiás no presidente do PP galego, minte cos incendios, nas listas de espera, nos recortes no ensino e no número de galegos e galegas que non teñen traballo, tamén cando fala de baixada de impostos e a realidade é ben a contraria: subidas encubertas nos recibos da auga polo canon de saneamento e unha desorbitada revalorización das vivendas. O relatorio oficial destes anos de goberno non fan máis que confirmar a Feijóo coma o presidente máis viaxeiro, mentireiro e trapallas da nosa historia autonómica.
A realidade e os datos son os que son: 80.000 familias que teñen que pagar os libros de texto, máis de mil mestres e profesores menos nas escolas galegas, máis de 120.000 galegos nas listas de espera, e case que o dobre nas do paro, e outros 40.000 dependentes tamén en espera desesperada, miles de traballadores do mar sen seguro colectivo da Xunta, e moitos máis miles de xoves afectados pola supresión do noitebús, e a contar....
Todo canto digo pode ser lóxicamente cuestionado por vir de quen ven, dun socialista lugués, por iso coido non teñen desperdicio as manifestacións ó respecto do portavoz parlamentario do PPdeG, Pedro Puy, que ten destacado o “importante y difícil trabajo del Gobierno gallego en este momento de reajuste presupuestario”, subliñando que o goberno que preside Feijóo "tienen que centrarse en el ajuste del gasto público a lo verdaderamente importante", dito doutro xeito: importante e difícil traballo de todo un goberno co seu presidente á cabeza para recortar na educación, saúde e nas prestacións sociais. Queda claro, están tan rebentados de recortar que imperiosamente necesitan dunhas vacacións.
29 de junio de 2011
maltrato educativo
Dende que goberna en Galicia a dereita está a impoñer contínuos recortes nos dereitos sociais e unha merma considerable nos servizos públicos, especialmente graves no eido educativo. Unha política antisocial en toda regra, contraria tamén ás propias recomendacións da UE para que en ningún caso o ensino quede afectado polos recortes orzamentarios en tempos de crise.
Porque a estas alturas do seu mandato unha cousa temos suficientemente clara, Feijóo está empecinado no desprestixio e desmantelamento do ensino público galego.
A primeira das súas medidas foi a supresión da gratuidade dos libros de texto, e as familias teñen tódolos anos que volver a costear os libros de texto dos seus fillos, uns trescentos euros por neno e curso, o maior dos impostos directos sobre un dereito fundamental, precisamente agora que son máis necesarias que nunca as axudas públicas nas debilitadas economías familiares.
Neste tempo de goberno do PP téñense amortizado máis de dous mil prazas de profesores no ensino galego non universitario entre supresións, concursos e xubilacións. Por non falar da anulación de módulos na FP, do peche de escolas rurais e comedores escolares, dos recortes no transporte, da paralización de investimentos educativos e dos drásticos recortes nas partidas dirixidas ó funcionamento e mantemento dos centros públicos escolares.
Para “axudar” máis ás familias traballadoras, no vindeiro curso as garderías públicas dependentes da Xunta subirán os seus prezos nun 27 por cento, uns corenta euros máis ó mes, subidas que tamén repercutirán nos propios comedores, incluso aquelas familias con menos ingresos e máis necesidades, que tiñan o comedor gratis, pasarán a pagar un mínimo de seis euros.
Un goberno de recortes pero tamén de perfectos incapaces, que non fai nin axuda a facer e que se negan, por puro partidismo, a colaborar con concellos como Lugo que con grande esforzo e poucas axudas, xa leva posto en marcha catro escolas infantís na cidade, que atenden a máis de 230 nenos e nenas menores de tres anos, a pesar da indiferenza insolente de Feijóo e o seu goberno, que son os que verdadeiramente teñen as competencias educativas e sociais.
Cantos Lugo non haberá por Galicia adiante, testemuñas sufridoras do desprezo e abandono da dereita máis sectaria e incompetente nunca vista. Moitos xa din que isto non pasaba nin con Fraga.
Recortes en materia de educación que poden comprometer a continuidade de Preescolar na Casa, programa que funciona dende 1977 e atende a máis de 3.500 familias do rural galego, preto de catro mil nenos e nenas menores de tres anos. Un proxecto educativo e social promovido no seu día polo lucense Antonio Gandoy, que hoxe está ameazado dun axuste de persoal innecesario, preludio dun fin inesperado polos inxustos e inxustificados recortes (máis dun 45%) nas axudas que recibe da Xunta de Feijóo.
Agora aparecen cunha pretendida reestruturación no horario lectivo dos mestres. No fondo desta medida non hai máis que unha clara intencionalidade de amortizar preto dun vinte por cento do profesorado actual de infantil e primaria cunha incidencia negativa e directa na calidade educativa. Poderiamos estar a falar do maior ERE encuberto no ensino público galego, coa única intención de aforrar en mestres, aforrar en calidade, aforrar en educación, aforrar en dereitos.
Un retroceso educativo e laboral que se quere impoñer vía decreto, sen diálogo nin consenso, pasando amplamente de representantes e representados. E faise nun momento que non podía ser mellor escollido, despois das eleccións municipais, por aquilo de non alporizar a caixa dos pretendidos votos e antes do verán, para imposibilitar calquera tipo de protesta ou mobilización social.
Lamentablemente esta dereita de Feijóo está a cumprir con total fidelidade o seu ocultado programa de recortes sociais, dando un paso máis na contrarreforma educativa emprendida en Galicia e que de xeito continuado afonda no desprestixio do profesorado e o deterioro do ensino público, en favor sempre dun ensino privado, sobreprotexido e privilexiado, nun proceso desgarrador de continuado maltrato educativo.
O Partido Popular ten un xeito moi particular de practicar austeridade a conta dos dereitos dos outros, como neste caso recortando no ensino público, recortando nun dereito, recortando naquilo que debería ser garantía do futuro e sólido soporte da igualdade de oportunidades de todos e de todas.
Os recortes en educación, sanidade ou dependencia son unha constante perigosa nesta política antisocial e inxusta que está a impoñer o goberno do PP de Feijóo a tódolos galegos e galegas.
7 de junio de 2011
valedor do pobo
Benigno López, actual Valedor do Pobo, ven de constatar na presentación do seu informe anual que a tan cacarexada austeridade do PP ten derivado en profundos recortes sociais durante os dous anos de goberno de Feijóo, “na cuestión educativa inciden dous aspectos negativos, a calidade no ensino e as restriccións de prestacións”, no tocante á sanidade precisa a esaxerada espera nas “listas de espera” e as escasas dotacións materiais e persoais nos centros hospitalarios, sen deixar de sinalar as demoras de varios anos para cobrar as axudas dos acollidos á lei da dependencia. Nin a máis mínima dúbida de que o goberno do PP de Feijóo é austero aplicando recortes sociais e limitando dereitos cidadáns.
Que lonxe quedan as palabras de Feijóo na presentación anual dos presupostos galegos, “de cada 100 euros que gastaba o goberno de Touriño en política social, nós gastaremos dous euros máis”, tentando blindar o gasto en educación, sanidade e dependencia no medio desta crise especialmente brutal en Galicia. Traspasada a metade do seu mandato deste demoledor informe do Valedor deducimos que, ó contrario do afirmado, a xestión dos dirixentes populares en Galicia ten propiciado acusados recortes sociais, con fortes restriccións económicas e inxustificados atrasos nas prestacións educativas, sanitarias ou sociais.
Un informe que fala abertamente das restriccións orzamentarias no ensino público, non así no privado e concertado que gozan de excelente saúde, con recortes esaxerados nas prestacións complementarias, especialmente en comedores e transporte, amén da supresión da gratuidade dos libros de texto, peche de escolas ou diminución continuada de persoal docente. Coincido plenamente coa valoración do Valedor, “as restriccións económicas deberían afectar á educación como última alternativa”.
Non teñen desperdicio as súas referencias ós casos concretos como aquel dunha nena de sete anos, que reclamaba coller o bus escolar diante da casa e sen modificar a ruta nin o tempo de percorrido, aducindo razóns de perigo con tráfico intenso e falla de beirarrúas ou iluminación, argumentos relevantes e razoables que contrastan coa negativa resposta da consellería que chegou a cualificar as exposicións do Valedor como esaxeradas.
Xunto ó ensino tamén a sanidade, polo excesivo tempo de espera na atención sanitaria, e a dependencia resultan especialmente críticos neste informe do pasado ano 2010. Segundo o mesmo as valoracións das persoas dependentes para facer efectivas as súas prestacións non poden quedar “sine die” por cuestións puramente orzamentarias e fóra de toda lóxica, nun contexto no que se seguen a producir abundantes casos de falecemento antes da aprobación da oportuna prestación. Con relativa frecuencia non se cumpren os prazos de resolución dos expedientes, e resulta máis que evidente a escaseza de prazas residenciais, centros de día e mesmo axuda no fogar.
Os datos non deixan lugar a dúbidas e veñen a sustentar a dureza da realidade: un de cada cinco galegos en listas de espera, preto de corenta mil dependentes agardan a súa prestación, oitenta mil familias teñen que pagar os libros de texto e moitas máis terán neste ano rebaixas nas subvencións escolares, subidas nos comedores e recortes no transporte escolar; supresión de escolas rurais e máis de cincocentos docentes, privatización da xestión de novos hospitais que incluso poderá chegar ós centros de saúde de nova creación, ou aquel frustrado intento de reducir o número de medicamentos ós que todos temos dereito.
Galicia xunto a outras comunidades autónomas gobernadas polo PP sitúanse na cola de España no gasto social, educativo, sanitario e de atención ós dependentes. Feijóo representa ese modelo de goberno austero que Rajoy preconiza: aforrar a conta dos recortes sociais e converter os servicios e dereitos que hoxe son universais, públicos e gratuítos en servicios restrinxidos e de pago que disfrutarán aqueles cidadáns con máis posibilidades económicas. O resto quedaremos relegados a servicios de segundo nivel propios da beneficencia ou da carismática atención. Os dereitos de todos e de todas que conquistamos nestes últimos anos non poden quedar relegados ó voluntarismo social ou a permisividade gobernamental, deben de seguir a ser universais, públicos e gratuítos. De nós vai depender
.
10 de mayo de 2011
plan Zapatero
No ecuador da crise, o Goberno de España foi consciente de que unha das administracións que máis estaban a sufrir as consecuencias e que mellor podían contribuír á creación de emprego eran os Concellos.
O primeiro Plan de Investimento Local no 2009 contaba cunha inversión de 8000 millóns de euros e permitiu que os concellos realizaran obras de infraestruturas, equipamentos e servizos públicos, ó tempo que creaba emprego, máis de 400.000 postos de traballo, e mantiña a actividade económica de miles de pequenas empresas, máis de 14.000 en toda España.
Tamén nese mesmo ano aprobábase un Real Decreto que autorizaba ós Concellos a realizar operacións de endebedamento para financiar o seu déficit de tesourería a 31 de decembro, algo que permitiu aliviar os problemas de liquidez de empresas e autónomos, ó facilitar os pagos das súas débedas pendentes. Xunto cun adianto do pago do fondo especial de financiamento a favor de concellos con menos de 20.000 habitantes, cun montante de 60 millóns de euros.
Tralo éxito deste plan estatal de inversión e apoio ós concellos no seguinte ano 2010 comezábase un segundo Fondo para o Emprego e a Sustentabilidade Local cunha dotación de 5000 millóns de euros. Un plan que conseguía crear preto de 300.000 novos postos de traballo directos e miles de indirectos para minorar os efectos negativos da grave recesión económica.
Todo elo supuxo unha sobrefinanciación municipal que veu ben para axudar ós concellos a implantar nos seus territorios as novas tecnoloxías para favorecer o desenvolvemento dunha economía sostible social e medioambientalmente, que nos poida levar a un cambio de modelo económico, manter e xerar emprego e axudar a manter as prestacións sociais en tempos de crise.
Esta sobrefinanciación local supuxo na provincia de Lugo unha aportación do Goberno de Zapatero de 101.299.452 euros, nun tempo de gravísima crise económica e redución drástica nas arcas municipais. Pola contra o goberno galego do PP de Feijóo pouco ou nada ten feito, máis que reiterados anuncios que non veñen seguidos de ningunha medida económica, e unha redución drástica nas prestacións e dereitos sociais dos galegos, en políticas de emprego, educación, sanidade ou dependencia. Ben o contrario as medidas de axuste económico da Xunta de Feijóo ten reducido nun catro por cento os fondos anuais que recibían os concellos galegos.
Institucións locais, tamén gobernadas por socialistas, como a Deputación Provincial de Lugo que puxo en marcha Plans Estratéxicos na provincia con dotacións que superaron os 12 millóns de euros para equipamentos sociais e actividade económica que xeraran valor engadido e tiveran un retorno económico para os propios Concellos, e creación de novos postos de traballo a través das políticas activas, exemplo do Lugo Emprega, que ó final redundarán na creación de preto dun millar de empregos directos repartidos por todos, e digo todos, os concellos da provincia, sen ningún tipo de distinción colorista nin partidaria, como nos veñen acostumbrando os gobernos da dereita coas subvencións, obras e empregos.
Poñamos por exemplo os concellos de Bóveda (1.719 - 493.266), Páramo (1.733 - 500.619), Samos (1.743 - 501.346) e Cervantes (1.780 - 518.797), e consideremos na primeira cifra o número de habitantes e na segunda os euros que recibiron do Estado durante 2009 e 2010, pola decisión política do goberno socialista de Zapatero. Bóveda e Páramo con alcaldes do PP reciben con poboación semellante a Cervantes e Samos, gobernados por socialistas, cantidades tamén semellantes. Reparto equitativo e xusto, sen trampas nin cartón; nunca unha política de inversións ou subvencións ten sido máis transparente, eficaz e democrática. Reparto criticado polos dirixentes do partido popular, pero non polos seus alcaldes que se viron durante este tempo reconfortados e recoñecidos polas medidas municipalistas do goberno socialista de Zapatero.
Sen dúbida un esforzo extraordinario do goberno socialista, un Plan que en dous anos supuxo un investimento municipal de 13.000 millóns de euros, o maior esforzo inversor da democracia nos concellos deste país, un compromiso económico e social pola recuperación do emprego e a saída de crise. Algúns serán recoñecidos por todo o que traballaron en tempos realmente difíciles, outros por todo aquilo que calaron e non fixeron
.