Alba de Groria (Castelao)

Miñas donas e meus señores:
Si no abrante deste día poidéramos voar sobor da nosa terra e percorrela en todas direicións, asistiríamos á maravilla dunha mañán única. Dende as planuras de Lugo, inzadas de bidueiros, até as rías de Pontevedra, oureladas de piñeiraes; dende as serras nutricias do Miño e a gorxa montañosa do Sil, até a ponte de Ourense, onde se peitean as augas dentrambos ríos; ou dende os cabos da costa brava da Cruña, onde o mar tece encaixes de Camariñas, até o curuto do monte de Santa Tegra, que vence coa súa sombra os montes de Portugal, por todas partes xurde unha alborada de groria.

3 de mayo de 2011

protección y seguridad

La gran mayoría de los ciudadanos tienen motivos más que suficientes para sentirse orgullosos del mucho y buen trabajo realizado por este gobierno en las políticas de protección y seguridad, en tiempos sumamente difíciles y con muy poca ayuda de otras fuerzas parlamentarias y ninguna del principal partido de la oposición.

Sentirnos razonablemente satisfechos por el trabajo que se ha hecho y se sigue haciendo en el campo de las libertades y los derechos. Mucho y bien, mal que les pese a algunos que desearían que todo fuera cuanto peor mejor, si, cuanto peor para España, mejor para ellos.

Mucho y bien en el campo de la seguridad vial, con un descenso continuado de los accidentes de tráfico y consecuentemente del número de víctimas en carretera. Los datos de esta misma Semana Santa son de por sí elocuentes, desgraciadamente hubo 39 muertes, muchas todavía pero son cien menos que hace diez años y esta es la primera vez que no se pasa de los 40.

También en la lucha contra la delincuencia común y organizada, con un índice de criminalidad que baja año tras año y se sitúa por debajo de la media europea. Esto hace que la percepción de seguridad en los ciudadanos sea elevada, amén de puntuales subidas en un tiempo o lugar determinado que pueden crear alarma social por su propia repercusión mediática.

Así en esta provincia de Lugo los últimos hechos delictivos que sucedieron han creado una cierta alarma social, en una provincia que sigue siendo de las más seguras de todo el país, con una muy baja tasa de criminalidad, que no llega a los 18 delitos o faltas denunciadas por cada mil habitantes; la media española está en 33 y la gallega en 23. Por el contrario la tasa de eficacia policial es muy elevada situándose por encima del 60 por ciento de casos resueltos. Es curioso como algunas veces una puntual percepción de inseguridad non se ve justificada por el número de delitos cometidos. Por ejemplo la ciudad de Lugo, que tuvo el pasado año un descenso del 1 por ciento en el número de infracciones penales con respecto al año 2009.

Lugo es una provincia segura y tranquila, nadie lo discute, únicamente determinados hechos puntuales en un pequeño espacio de tiempo pueden generar una cierta alarma, entendible sobre todo desde el lado de las víctimas, pero no de aquellos que pretenden pescar votos en las aguas revueltas de la desgracia ajena.

Por supuesto mucho trabajo y muy bien hecho en la lucha antiterrorista, porque nunca y digo nunca ETA estuvo más perseguida, más acosada y más débil. Tampoco nunca los españoles estuvimos tan seguros y convencidos de que el Estado de Derecho y la Democracia se impondrán a la violencia terrorista de ETA. Cabe felicitar a todos los miembros de la Policía y Gardia Civil, también al resto de policías autonómicas y locales por el buen trabajo que están haciendo en favor de la seguridad de todos y de todas, también destacar el buen hacer de Zapatero y Rubalcaba.

Lamentablemente siempre hay quien está en otra cosa y no duda en utilizar las instituciones y el terrorismo para desgastar al Gobierno y poder llegar de algún modo a la Moncloa. Tienen una obsesión, casi enfermiza, por alcanzar el poder cuanto antes y a costa de lo que sea. Tienen una obsesión por el poder que no les deja ver la grandeza de la política, ni compartir la satisfacción del trabajo bien hecho.

Un trabajo sin duda fecundo y como nunca se había hecho en la lucha contra la violencia de género y a favor de la igualdad, algo de lo que ya somos pioneros y modelo en el resto de la Unión Europea. Porque en esta materia poco o nada se había hecho antes del 2004, en que se aprobó la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.

Pero mientras haya un solo caso de maltrato no nos podremos sentir plenamente satisfechos, porque el problema es de todos y no solo de las víctimas. Tenemos un camino iniciado en el que cada día es más necesaria una cierta complicidad de todas las administraciones, la unidad de las fuerzas políticas y por supuesto la colaboración inequívoca del poder judicial. También de las instituciones locales y sus policías para que los maltratadores no encuentren ningún resquicio de impunidad para sus terribles actos de violencia.

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